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—El viaje hasta el patio de la brigada fue todo un éxito —comentó—. Hablando de eso, este camino de grava amarilla había sido reparado por el equipo de carreteras del condado hace unos días —recordó—. De otro modo, no importaba cuán buenas fueran las habilidades de conducción, uno igual se sacudiría.
—Song Yunuan estacionó el coche —narró—. Ella abrió la puerta del coche y salió, mientras el Pequeño Asheng finalmente saltó felizmente hacia afuera.
—Chu Zizhou se bajó del coche y bloqueó a Song Yunuan para que no se fuera mientras le preguntaba —. ¿Dónde compraste tu pistola de agua? Nunca he visto una tan realista.
—También quería saber cómo se enteró de que había una escopeta de caza en su maletero —reflexionó.
—Song Yunuan respondió :
