Para cuando Lin Fugui volvió a la ciudad y había cargado todos los artículos que compró en la carreta, Lin Ershuan también trajo buenas noticias: la madera había sido pedida y sería entregada en no más de cinco días.
Cuando regresaron al valle de la familia Lin, ya era tarde. Lan Hua y Lin Wei habían molido la leche de soya más temprano. Todavía quedaba mucho vinagre blanco de su última compra. Como había tiempo suficiente, Lin Yuan remojó los frijoles rojos que había comprado, preparó el agua de vinagre diluida y las tres comenzaron a hacer tofu en la cocina.
Aunque había escuchado a Lin Wei hablar innumerables veces sobre lo delicioso que era el tofu, Lan Hua aún estaba profundamente impactada cuando vio el producto real. ¡Cielos, nunca se había imaginado que algo que se daba de comer a los cerdos pudiera hacerse tan sabroso!
Por supuesto, lo que más la sorprendió fue Lin Yuan. ¿Cómo es que parecía que en solo unos días, esta joven de repente aprendió tantas cosas?
