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—Las palabras de Ying Tao rompieron lo último de la contención de Da Jun —y él se agachó en el suelo, abrazándose la cabeza y sollozando ruidosamente, todo el tiempo murmurando algo para sí mismo.
—Lin Yuan, que estaba a distancia, no podía oírlo claramente —pero con esto había entendido la relación entre los dos. Aunque estaba curiosa acerca de la chica que mencionó Ying Tao, al escuchar que no habían hecho nada vergonzoso, se sintió aliviada.
—Ya sin interés en escuchar a escondidas —Lin Yuan sacudió la cabeza y se alejó, pensando para sí misma que todos eran personas con vidas difíciles.
La fecha de apertura para Fragancia de Flor de Arroz estaba fijada, y mientras Lin Yuan se ocupaba de los preparativos, se preocupaba por si debía informar o no a Xia Zheng. La verdad era que deseaba ardientemente su regreso para ser testigo de la inauguración de su nueva tienda.
