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Ahora, el Jefe Sun estaba dirigiendo a todos para instalar la nueva puerta que había ordenado Xia Zheng.
Lin Yuan se encontraba de pie, emocionada al lado, observando a todos instalar la puerta que Xia Zheng había elegido personalmente. Tenía dos hojas, pintada completamente de rojo, con una cabeza de león incrustada en cada puerta, y la boca de los leones sosteniendo un gran aro de hierro redondo. Se veía majestuosa y bella.
Al observar esta puerta, Lin Yuan de repente recordó algo que había oído días atrás. Se decía que por alguna razón desconocida, el Magistrado Principal Lichang de repente se volvió valiente e imponente, liderando tropas para aniquilar a los bandidos que se escondían en las montañas cercanas, sin dejar a ninguno con vida.
Reflexionando sobre ello, Lin Yuan sintió que algo no cuadraba, así que llamó a Lin Yi para preguntarle al respecto.
Fue entonces cuando descubrió la verdad.
Lin Yi seguía siendo esa figura fría y distante:
