Cuando Qiao Duo'er llegó al patio de la Familia Tan, Tan Zhengyuan estaba allí con una expresión extremadamente fea en su rostro.
—¿Viste a la madre de la niña? —preguntó Tan Zhengyuan con el ceño fruncido.
Qiao Duo'er negó con la cabeza y luego pasó junto a Tan Zhengyuan hacia su propia habitación.
—¡Esto debe ser otra de las obras maestras de Er Ya, toda la familia escapándose a casa de sus abuelos maternos y dejando a Tan Zhengyuan valerse por sí mismo, qué completamente satisfactorio!
—¡Maldita sea, están tratando de matarme de hambre a propósito? ¡Ni siquiera saben a qué hora comenzar a cocinar!
Al oír esta frase, Qiao Duo'er estaba tan enojada que se rió. ¡Realmente había todo tipo de personas en este mundo!
Era por la buena naturaleza del Clan de Hu cuidar a esos dos desagradecidos, pero algunas personas no solo lo daban por hecho sino que también actuaban como si fuera su derecho.
¿Quién se creía que era para tener una cara tan grande?
