Qiao Duo'er resopló ligeramente —Más te vale que te preocupes por ti mismo, en vez de que acaben con toda tu familia.
—Gran hermano, mira a esta chica, tiene la lengua afilada y no se ve nada mal. ¿Por qué no la agarro para ti y te la envío a tu cama esta noche... —dijo uno.
—Eso es una buena idea. ¿Qué esperas? Apúrate y agarra a esta vieja también. Parece que podría ser buena para trabajar —añadió otro.
Qiao Duo'er estampó el cuchillo de cocina en la tabla de cortar —¡Estás buscando la muerte!
Ella originalmente quería negociar con esta gente, pero ahora no hay necesidad.
—Aiyo, hermanita, me encanta que seas tan brava —Mientras hablaba, extendió la mano para tocar la mejilla de Qiao Duo'er.
Esa piel era suave y delicada, seguramente una gran sensación al tacto.
Una leve sonrisa tiró de la comisura de la boca de Qiao Duo'er, estaba esperando la oportunidad para cortar una de sus manos de cerdo salado.