—Es muy sencillo, solo invítalos a comer, dales regalos, vayan de compras y cosas así. Claro, lo importante es ver si a Chao Lian le gusta. Puedo darle a la Hermana Lan un día libre —parpadeó Qiao Duo'er.
—Sun Erhu se apoyó en el mentón y pensó por un momento antes de decir:
—¿Qué tal si yo cocino para Chao Lian?
Era bastante embarazoso pedirle a Lan que tomara un día libre, y además, Chao Lian estaba tan enfocada en su negocio que apenas tenía ánimo para un momento romántico con él.
—Dada tus habilidades culinarias, mejor que no —Qiao Duo'er echó un balde de agua fría a su idea. Después de todo, Sun Erhu solo sabía hervir un poco de sopa de arroz y arroz.
—Sun Erhu se levantó y hizo una reverencia ceremoniosa:
—Entonces molestaré a mi cuñada para que enseñe a este pequeño hermano.