Por la mañana, al observar a la joven durmiendo plácidamente ante él, su rostro claro y sereno con una suave sonrisa aparentemente pura como un infante, sintió una tranquilidad y paz sin precedentes en su corazón.
—¿Podría ser esto a lo que se refería la Tía Imperial con un corazón palpitante?
Al ver a su joven amo fruncir el ceño en profunda reflexión, Nan Tian y Bei Hai no lo molestaron, saliendo silenciosamente de la habitación y cerrando la puerta.
Durante más de medio mes, Yang Mengchen y Hang Qingming pasaron sus días dentro de la propiedad, Yang Mengchen aprendiendo a tocar el guqin, ajedrez, caligrafía y pintura, así como poemas, letras de canciones y los Cuatro Libros y Cinco Clásicos y Seis Artes bajo la tutela de Hang Qingming. Fue entonces cuando se dio cuenta de lo erudito y talentoso que era Hang Qingming, competente tanto en habilidades literarias como marciales, y por supuesto estudiaba muy seriamente, aunque ya era bastante competente en algunos de estos temas.