```
Long Jingxi se sentía física y mentalmente agotada y realmente deseaba tener un buen sueño en ese momento, pero recordó las palabras de Yang Mengchen y no se atrevió a cerrar los ojos.
Sacando un pañuelo para secar el sudor de su frente, Yang Mengchen habló:
—Princesa Mayor, príncipe consorte, la mayor parte del Qi maligno ha sido expulsado. Administraré acupuntura a la Princesa Mayor por segunda vez en cinco días. Tengan la seguridad de que la segunda vez solo causará un dolor leve, y por favor, asegúrense también de que la Princesa Mayor continúe tomando la pastilla prescrita diariamente. —Ella le entregó una pastilla a Long Jingxi—. Princesa Mayor, por favor, descanse bien. Después de despertar, tome un baño medicinal durante un cuarto de hora. Pronto le daré al príncipe consorte las hierbas para el baño medicinal.
—¡Gracias, señorita Yang! —Long Jingxi le agradeció débil pero sinceramente.
Yang Mengchen hizo un gesto con la mano:
