De vez en cuando, Meng Yunhan compraba algunos huesos para hacer sopa de huesos con rábano para su hijo.
En ese momento, nadie compraba costillas de res o costillas de cerdo porque les faltaba carne y llevaba mucho tiempo guisarlas.
Aunque eran baratas, nadie las compraba.
A Meng Yunhan no le importaba.
Si podía conseguir Carbón Beacon, lo usaría para hacer sopa de huesos.
Después de comer, Meng Yunhan tenía que volver a la escuela.
—Tengo que irme.
Yun Hao, con el Pequeño Huzi, fue a despedir a Meng Yunhan. —Entra.
Meng Yunhan seguía mirando hacia atrás al dúo padre-hijo mientras se alejaba.
—Mamá...
—Pequeño Huzi, esta noche solo seremos los chicos para dormir —Ya no podía acurrucarse con su encantadora esposa.
—Mi chico gordito...
Mirando esa carita regordeta, esos brazos y piernas claramente gordos, ¿cuánto había comido para engordar tanto?
El Pequeño Huzi tenía más apetito que otros niños de su edad.
Engordaba porque podía comer tanto.
