Yun Hao asintió levemente, el fuego que dejó encendido ardía por Meng Yunhan, antes de dirigirse hacia afuera.
Meng Yunhan se apresuró a comenzar a preparar los fideos.
Cuando Lu Jianjun vio salir a Yun Hao de la cocina, se sintió tan abrumado que se le llenaron los ojos de lágrimas.
—Un hombre valiente derrama sangre, no lágrimas —dijo Yun Hao impasiblemente.
Esto persuadió a Lu Jianjun a contener sus lágrimas, —Comandante...
El Comisionado Gu renunció a la idea de ver el espectáculo y dio una palmada en el hombro de Lu Jianjun, —Xiaoyun está ahora mejor, deberíamos estar contentos. ¿Qué es eso de llorar? ¿Eres un hombre o qué?
—Por supuesto que soy un hombre —respondió con firmeza Lu Jianjun.
—Entra —Yun Hao estaba pensando en su hijo dormido en la cama. Estar dentro de la casa les permitiría vigilarlo y prevenir cualquier incidente de enuresis.
Los tres hombres entraron en la habitación, y lo más notable era el pequeño bulto en la cama.
