Lo que debía ser un día de alegría se convirtió en uno lleno de ira.
—Mamá, déjame explicarles a mis cuñadas más tarde —Meng Yunhan no quería comentar sobre sus dos cuñadas porque las personas son naturalmente egoístas, y estaban preocupadas de que su suegra y su suegro dieran apoyo extra a su hijo menor.
La madre de Yun Lei bufó molesta.
Zhang Cuihua y Zhao Fang, al no confiar en que la madre de Yun Lei dejaría de engañarlas, vinieron en su lugar.
Llegaron justo a tiempo para escuchar el bufido de disgusto.
—Mamá, ¿cómo puedes pensar aún en ocultarnos esto? Hoy es el día del Plenilunio del Pequeño Huzi, con un par de pollos sería suficiente, ¡sin mencionar los veinte kilos de carne!
La madre de Yun Lei estaba enfurecida, señalándolas y afirmando en voz alta, —Lo crean o no, toda esta carne y pollos fueron comprados por Yunhan.
—Hermanas, de verdad, yo compré la carne y los pollos —Meng Yunhan explicó de manera casual, meciendo a su hijo en sus brazos.
