Kela arqueó sus cejas perfectamente delineadas hacia Cassandra, una sonrisa burlona se abría paso de nuevo hasta sus labios carnosos. Echó su cabello azabache hacia atrás sobre su hombro.
—¿Te informó tu compañero toda la verdad detrás de su maldición? ¿Y la maldición que asola a la manada? Por cómo lo veo, creo que no. —Su sonrisa se había transformado en algo siniestro mientras se detenía, disfrutando de las expresiones de ira en el rostro de Cassandra.
Mientras tanto, ella entendía que esta mujer quería drama y crear una brecha entre ella y Siroos. Su relación apenas estaba comenzando y no podía permitir que alguien la manchara incluso antes de que se cimentara en algo hermoso.
—Lo hizo, y parece que fuiste tan insignificante que olvidó mencionarte —respondió Cassandra, reprimiendo el feo celo y tomando control de la situación.