La última toma había terminado, y los ojos de la mayoría del elenco y equipo en el set estaban rojos de emoción.
Aunque terminar un rodaje de película debería ser motivo de celebración, nadie parecía estar de humor para ello.
Wenyan se sentía la peor.
Puesto que ella y otra niña pequeña habían tenido más escenas que rodar, se había entregado completamente al papel.
Ahora, le resultaba difícil desligarse del personaje y del entorno envolvente del que había sido parte.
Zhou Junye, Jing Hao y Wang Che vinieron todos a consolar a Wenyan.
Wenyan no quería ser el centro de atención en tal situación. Aunque no pudo salir completamente de su estado emocional, aún así logró sonreír y movió su mano en señal de despedida.
Mientras tomaba los pañuelos que Qin Yulong le pasaba para limpiar sus lágrimas, dijo a sus preocupados colegas:
—Está bien, estoy bien. Solo dejadme llorar un poco, pronto estaré bien.
Para evitar la incomodidad, siguió hablando: