—... Tío, de verdad que no —dijo Shen Jingxiu.
—Muchacho, o no haces nada en absoluto, o traes a alguien a la oficina, tsk tsk, es bastante emocionante. Los jóvenes son diferentes, eh. Espalda fuerte, los riñones también deben estar buenos —comentó con sorna.
—No es así, tío, déjame explicar... —intentó aclarar Shen Jingxiu.
—Está bien, está bien —el tío movió la mano apresuradamente—, necesito ir a limpiar las suelas de mis zapatos. No puedes culparme por este lápiz labial, tú fuiste el que se lo buscó, así que averigua cómo disculparte.
—Yo...
Viendo la figura de su tío alejarse, Shen Jingxiu sacudió la cabeza impotente.
A veces trabajar solo en la oficina es bastante desamparado.
Pero este lápiz labial... si recordaba correctamente, debió haber sido dejado accidentalmente en su carro por Wenyan cuando fueron de compras al supermercado ayer.
Después de todo, aparte de Wenyan, ninguna otra mujer ha estado sentada en el asiento de pasajero de su coche.
