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Después de que Pei Ziheng regresó, Pei Wenping no pudo evitar regañarlo—Apenas lo conoces, ¿qué fuiste a decir allá?
Pei Wenping lo reprendió deliberadamente, pero en realidad, estaba preocupada de que su sobrino hubiera dicho algo incorrecto o revelado algo, llevando a su hermano a malinterpretar.
Lo que ella no sabía era que, a pesar de la corta edad de Pei Ziheng, era más astuto que el antracita.
—Lo invité a asistir a la boda de mamá.
Habiendo dicho eso, Pei Ziheng se volteó hacia Pei Yang y habló—Papá, mamá tiene pocos amigos, tener un invitado más no solo significa un regalo monetario extra, sino que la boda también puede ser más animada.
La presunción de Pei Ziheng fue muy del agrado de Pei Yang.
A pesar de que solo había conocido a Yan Yi en dos ocasiones y nunca había tenido una conversación con él.
Pero el sueño que tuvo cuando estaba al borde de la muerte hizo que le fuera imposible no sentirse precavido y hostil hacia Yan Yi.
