Las palabras de Pei Ziheng eran como una espina afilada, profundamente clavada en el corazón de Ma Sufen, haciéndola sospechar de su nuera, Shen Baolan. Custodiaba a Shen Baolan como si cuidara de un ladrón todos los días. No dejaba que Shen Baolan estuviera sola con Zhou Hao, ni tampoco continuaba atendiéndola cuidadosamente durante su embarazo.
Shen Baolan estaba enfadada pero no se atrevía a hablar, solo podía desahogar sus agravios con Zhou Shuhuan por la noche, cuando estaban en la cama.
¿Qué podía hacer Zhou Shuhuan?