—La chica no tiene ni veinte años, ¿y ya la has conquistado? Me preocupaba que tu personalidad te impidiera encontrar una chica que te gustara —Lu Mohai le dio una palmada en el hombro a Xu Boyan, asintiendo con satisfacción.
—Xu Boyan es, de verdad, excelente. Tanto, que muchas personas quieren casarse con él, pero ninguna lo hace por amor —le preocupaba que la personalidad de Xu Boyan pudiera hacerle difícil conocer una chica que le gustara. También le preocupaba que Xu Boyan pudiera quedarse soltero para siempre.
—Uno nunca debería conformarse con menos. Un amor nacido de la conformidad nunca traerá felicidad, ni tampoco un matrimonio.
—Tío Lu, deberías preocuparte por ti mismo —Xu Boyan miró a Lu Mohai, quien estaba ya en sus cuarenta, y no muy lejos de los cincuenta, pero aún solo.