Lu Qingyi simplemente sonrió en silencio, sorbiendo el café que la camarera le acababa de servir, tomando un gran sorbo.
Era amargo.
—Lu Qingyi.
Lu Qingyi acababa de apoyar la taza de café cuando alguien la llamó.
Xiao Yi sostenía un café para llevar cuando vio a Lu Qingyi. En el momento en que giró la cabeza, se quedó petrificado.
Hacía tiempo que no veía a Lu Qingyi, habiendo forzado a propósito a olvidarla.
Lu Qingyi levantó la vista, mirando fríamente a Xiao Yi, sin ningún movimientoo extra.
—Estás aquí para ver a tu hermano.
Xiao Yi, fingiendo familiaridad, se acercó, mostrando una sonrisa tenue.
—Supongo —respondió Lu Qingyi.
La respuesta de Lu Qingyi fue algo ambigua. Seguía revolviendo su café, sin levantar la mirada para mirar a Xiao Yi.
—Debería irme —dejó la cuchara Lu Qingyi—. Ustedes dos pueden digerir las noticias por su cuenta.
Lu Qingyi dejó la cuchara, se levantó lentamente, manos metidas en los bolsillos del pantalón, su expresión distante.