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—No, tú solo concéntrate en comer —Gu Xiang reflexionaba, acariciando la cabeza de Lu Qingyi. Su tono estaba lleno de afecto—. Los niños sin el amor de una madre suelen independizarse temprano y hasta aprenden a cocinar.
Xu Boyan nunca había puesto un pie en una cocina y ni siquiera sabía cómo preparar una comida sencilla.
—Mamá, yo puedo hacerlo —Lu Qingyi.
—Yo iré —intervino Xu Boyan.
—¿Tú irás? —Gu Xiang abrió los ojos de par en par, mirando a Xu Boyan como si estuviera viendo a otra persona a través de él—. Xu Boyan nunca solía pisar la cocina; Gu Xiang sentía como si hubiera tropezado con un mundo nuevo.
—Sí —Xu Boyan.
—¿Sabes cocinar? —Con los brazos cruzados, Gu Xiang sonreía con incredulidad mientras miraba a Xu Boyan.
Estaba segura de que Xu Boyan no sabía cocinar. Su hijo nunca había estado en la cocina, ni siquiera sabía cómo lucía una zanahoria, para ser franca.
—Sí puedo —Xu Boyan.