Lu Qingyi apareció en la entrada de la Universidad de Pekín, emanando un aura que gritaba manténganse alejados.
Fríamente aterradora.
Un buen número de personas en el campus de la Universidad de Beijing observaban furtivamente a Lu Qingyi, pero no se atrevían a mostrar abiertamente su curiosidad.
La chica era atractiva, una lástima que fuera tan inaccesible.
—Hermana, ¿por qué estás aquí?
Lu Jiayue y algunas hermanas volvían de comer fuera de la escuela, y al ver a Lu Qingyi de pie en la entrada, se quedó sorprendida.
En ese momento, el aura de Lu Qingyi era tremendamente intimidante, causando en Lu Jiayue un presentimiento inquietante.
—¿Qué pasa con Xia Kexin?
Lu Qingyi ignoró a Lu Jiayue y en su lugar se acercó a Xia Kexin, con las manos en los bolsillos y una actitud inusualmente gélida.
—Ah.
Xia Kexin estaba ligeramente aturdida al mirar a Lu Qingyi.
Lu Qingyi era realmente genial, tan fría y aparentemente bastante guapa.
—Hermana, ¿también conoces a Kexin?
