—Xu Boyan, conocerte es lo más afortunado que me ha pasado. Para el mundo, eres una persona; pero para mí, eres todo mi mundo —Lu Qingyi sostenía firmemente la mano de Xu Boyan, sus ojos llenos de sinceridad.
Antes de conocer a Xu Boyan, el pequeño amor que había en su mundo venía de su abuela.
Pensó que el mundo era oscuro con muy poca luz, solo para darse cuenta de que era cuando estaba sola.
Después de conocer a Xu Boyan, sintió que había luz en su mundo.
—Chica tonta, debería ser yo quien dijera esas palabras —Xu Boyan acariciaba suavemente la cabeza de la chica, su voz llena de indulgencia y ternura.
—Si la vida es una calle de doble sentido, sujetaré fuerte tu mano y nunca dejaré que te pierdas —Xu Boyan de repente se arrodilló en una rodilla, con un pequeño anillo en su mano. Miró hacia arriba a Lu Qingyi, sus ojos llenos de afecto, ternura y expectativa.
En su vida, él estaba comprometido solo con Lu Qingyi.