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—Qingyi, eres increíble. —Sus compañeros del Departamento de Medicina Tradicional China inmediatamente rodearon a Lu Qingyi.
—Nadie había esperado que Lu Qingyi pudiera ser tan destacada, había ocultado muy bien sus habilidades. —Diosa, eres nuestra heroína.
—Justo ahora, Lu Qingyi se veía realmente genial.
—Dejen de charlar. —El parloteo incesante le estaba dando dolor de cabeza.
—La multitud se quedó en silencio en el momento en que Lu Qingyi terminó su frase.
—El Departamento de Medicina Tradicional China no es basura. —Lu Qingyi metió sus manos en los bolsillos y miró en dirección de la Escuela de Medicina Dental. —Ella no estaría estudiando una carrera inútil. Decirlo de esa manera era bastante desagradable.
—Así es, nuestro departamento no es basura.
—Nuestro departamento es el mejor.
—No nos subestimen, todos en nuestro departamento tienen talento.
—Nuestras calificaciones fueron diez puntos más altas que las suyas.
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