El día del examen de ingreso a la universidad, la puerta principal de la escuela estaba llena de vehículos, y los padres no dejaban de recordarles cosas a sus hijos.
Lu Qingyi se apoyaba en el tronco de un árbol, jugando casualmente con el marcador negro en su mano mientras Xu Boyan estaba parado a su lado.
No muy lejos de ella estaban Lu Jiahao y Lu Jiayue. Yao Meishu llevaba una gran bolsa de cosas y no paraba de hablar, mientras que Lu Yao, con una cara amable, daba unas palmaditas en el hombro a Lu Jiahao.
La escena de esta familia de cuatro era particularmente armoniosa.
Cada estudiante tenía a sus padres a su lado. Lu Qingyi solo tenía a Xu Boyan, pero tenerlo a él era suficiente para ella.
—Pequeña, no mires —dijo Xu Boyan.
—Está bien, no siento nada —respondió Lu Qingyi.
Lu Qingyi retiró la mano de Xu Boyan y sacudió la cabeza suavemente.
Ya no sentía nada. Ver a la feliz familia de cuatro, ya no le dolía ni sufría el corazón.