Gu Qingheng también se enteró de la situación de la Familia Yang a través de Gu Yao en este momento.
—¿Qué? —Gu Qingheng estaba sorprendido—. ¿Ya se fueron al pueblo?
—Sí, acaban de salir del pueblo —Gu Yao asintió—. Pidieron prestado el carro de mulas del Viejo Keng...
—Sígueles —frunció el ceño Gu Qingheng—. Ve si necesitan ayuda con algo... Lleva algo de plata...
Esta vez, Gu Yao no dijo nada; se giró y se marchó.
—Esto... —La Familia Feng vaciló antes de mirar a Gu Qingheng y finalmente pareció decidirse antes de hablar—. Joven Maestro, sé que no debería preguntar, pero no puedo evitarlo...
Gu Qingheng sonrió.
—Aunque eres mi niñera, habría muerto hace tiempo si no fuera por ti y Ayao durante estos años —hizo una pausa—. Mi madre me dio la vida, pero fue la Niñera quien me salvó. La gracia es la misma, y hace tiempo que considero a ti y a Ayao como mi familia... Así que, Madre, pregunta directamente, tu hijo no esconderá nada.
