—¡Basta! —estalló Lizhong al ver a la madre y al hijo hacer un espectáculo afectado, interrumpiendo su interminable charla—. ¡Incluso si tuvierais mil, diez mil razones por las que no pudisteis evitarlo, el hecho de que Xiu Er fue desechada por la Familia Zhang es indiscutible! ¡Hoy, aunque habléis hasta que caigan los cielos, no permitiré que vuelva a poner un pie en el umbral de vuestra Familia Zhang! Ahora, podéis iros.
Habiendo dicho esto, Lizhong señaló hacia la puerta y giró su cabeza hacia un lado, claramente sin querer continuar la conversación.
—Suegro... —Zhang Ming, interrumpido bruscamente, encontró las palabras que aún no había dicho atoradas en su garganta. A pesar de esto, estaba determinado a continuar. Incluso él había sido conmovido por sus propias palabras, y seguramente repitiéndolas conmovería a su suegro, convenciéndolo de permitir que Xiu Er regresara a la Familia Zhang.
