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Aproximadamente diez personas estuvieron ocupadas durante casi dos horas antes de que todos los ingredientes estuvieran limpios, cortados y colocados en grandes bacines de cerámica limpios, llenando casi todo el patio trasero.
Para entonces, los aldeanos que habían sido invitados a la inauguración de la casa comenzaron a llegar uno tras otro, con Lin Yong y otros llegando primero. Cada uno preparó una tira de petardos y los encendió en la entrada del patio.
El incesante sonido de los petardos era ensordecedor, y cuando el ruido estaba a punto de disminuir, Lizhong rápidamente encendió los petardos en su mano para mantenerlos sonando. Mo Qingze se paró en la puerta con una sonrisa, dando la bienvenida a los invitados y acompañándolos al salón.
En la mesa, se había preparado agua caliente humeante y hojas de té fino desde temprano, y después de que Mo Qingze los invitó a sentarse, preparó una taza de té para cada uno de ellos.
