—Awoo —después de ser derribada por cuadragésima novena vez, Pequeña Flor finalmente no pudo evitar soltar un lúgubre Aullido de Lobo. Ya fuera por el impacto o la falta de fuerzas, temblaba y yacía en el suelo, aparentemente sin poder levantarse y luchar de nuevo.
Mo Yan corrió hacia ella, y al ver a Pequeña Flor desaliñada y en un estado lamentable, no pudo evitar abrazar su cuello con el corazón lleno de compasión —Está bien, Pequeña Flor, simplemente no has luchado lo suficiente como para vencerlo. Una vez que tengas algo de experiencia en combate, definitivamente lo derribarás.
Pequeña Flor miró a Mo Yan, sus orgullosos ojos de lobo llenos del desánimo de la derrota. Gimió unas cuantas veces, luchó por levantarse y se posicionó frente a Mo Yan, enfrentando al otro lobo y soltando una serie de gruñidos feroces.
