Al llegar a la Familia Han, el grupo encontró seguridad temporal y todos dieron un suspiro de alivio. Sus ojos se dirigieron entonces hacia la pequeña caja en manos de Su Wenyue. Era precisamente una caja como esa la que había atraído a tantos expertos. Si no hubiera sido por ese grupo de hombres de negro que ayudaron más tarde, casi habrían perdido la caja.
—Hermana Yue, abre rápido la caja para ver qué hay dentro —Ye Xinxin, que siempre era impaciente, apenas podía esperar para decirlo.
En ese momento, Su Wenyue realmente no tenía prisa, y tampoco confiaba del todo en Shangguan Wuyou y Ye Xinxin. Incluso no le había contado el secreto a Han Yu, en parte porque no sabía cómo explicarlo.