—¡La Señora Yue ha vuelto, rápido, vamos al portón frontal para recibirla! —Maestro Su y Señora Su habían estado esperando ansiosamente en casa desde esta mañana porque era el día en que su hija les visitaría después de su matrimonio. Al oír que su hija y su yerno habían llegado, salieron corriendo para encontrarse con ellos con emoción en sus rostros, provocando un sentimiento incómodo en los corazones de las dos hijas de concubinas que ya se habían casado.