—La fórmula para el vidriado de colores, ya que te la he dado, te pertenece —dijo Daohua, mirando a Xiao Yeyang—. Es tu libertad dársela a quien quieras, yo no tengo objeciones.
—Aún así quiero contarte sobre ello —dijo, dejando sus palillos—. Luego habló seriamente:
— Parece que Su Tío Imperial quiere que el Ministerio de Obras comience a producir vidriado de colores. Cuando estuve en el Palacio Imperial, a menudo lo veía preocuparse por las arcas estatales vacías. Si el Ministerio pudiera producir en masa el vidriado de colores, podría aliviar algo de la presión financiera.
—El vidriado de colores es escaso, y a muchas personas les gusta; es bastante rentable —asintió Daohua en acuerdo.
En esta era antigua, la ubicuidad del uso del vidrio como en tiempos modernos es probablemente imposible. Por un corto período, su precio de venta definitivamente será muy alto, clasificándolo como un producto de lujo con beneficios exorbitantes.
