—¿Por qué la Señorita Zhou pensaría en enviarte flores? —preguntó Yan Zhiyuan.
—Hoy, mientras estaba en la tienda, me encontré con el Abuelo Zhou y Zhou Jingwan. Charlamos un rato y cuando se marcharon, les di unas cuantas macetas de flores. Esto debe ser su manera de devolver el favor —dijo Daohua.
—¿En serio? ¿Podrían ser estas tres macetas... —preguntó sorprendida Daohua.
—¿En qué estás pensando? —rió la Señora Li y sacudió la cabeza—. Las cosas otorgadas por el Emperador, ¿quién no las atesoraría? Estas tres macetas probablemente han sido cuidadas por el propio viejo Maestro Zhou.
—Los ojos de Daohua brillaron y ella sonrió—. Quizás son injertos de las flores otorgadas por el Emperador.
—La Señora Li pensó por un momento y luego preguntó a Daohua—. Peonía, narciso, orquídea—todas flores famosas. ¿Crees que deberías enviar algunos regalos de vuelta a la Señorita Zhou?