En el aula.
Algunos miembros del grupo hablaban en voz baja,
Wang Xu estaba sentado al borde de la mesa, con los codos apoyados en ella, cubriéndose la cara con las manos, mientras que la pantalla del ordenador frente a él todavía mostraba la página de su informe. El ocasional "ding" de nuevos mensajes que aparecían en WeChat y QQ en la esquina inferior derecha de la pantalla retorcía toda la atmósfera del aula.
Esta fue la primera lección que la sociedad enseñó a Wang Xu: nunca confíes en nadie en la sociedad.
El sonido de la puerta al abrirse sobresaltó a Wang Xu, y bajó las manos desanimado —Lo siento, es toda mi culpa.
Alguien en el grupo fruncía el ceño, su frustración difícil de articular —Nos esforzamos tanto en recopilar datos, en reunir materiales, en integrar el modelo, y estábamos a punto de empezar a presentar; todo nuestro grupo confiaba tanto en ti, ¿y ahora dices que hay un error en el modelado? ¿Eso hace justicia a todo el esfuerzo que hemos puesto en estos días!