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Por el bien de una mujer sin sentido, perturbar el desarrollo del futuro heredero de la Familia Xu.
Si Xu En hubiera estado delante de la anciana, ella lo habría golpeado hasta la muerte con su bastón.
El mayordomo no pronunció palabra alguna, no se atrevió a decir una frase.
—Intercepta las llamadas de Xu En para mí —dijo la señora Xu, con la mirada baja, torciendo las Cuentas de Buda en sus manos—. Si me entero que ha llamado al joven maestro otra vez, ¡todos ustedes hagan sus maletas y váyanse!
Sea lo que sea Ji Mulan, sea lo que sea la Familia Ji, sea cual sea la hijastra, la vieja señora Xu no reconocería nada de eso.
Incluso si Xu En se casara con ella, no permitiría que esa mujer pusiera un pie en la casa de la Familia Xu.
—¡Queda asegurado! —El mayordomo hizo una reverencia y se retiró.
Se dispuso a organizar el asunto.
En el hospital, el asistente, incapaz de comunicarse por teléfono, miró a Xu En con impotencia.
