Luo Daoren había estado fuera por un buen rato, pero aún decía —Acabo de salir hace poco.
Luo Qiao pasó su brazo por el del abuelo mientras hablaba —Abuelo, ya sabes que me defiendo con algunas artes marciales, así que no te preocupes por mí. ¿Y si te resfrías?
Cuando abrieron la puerta del patio, escucharon a su abuela salir —Ya volvieron, entren rápido, hace frío afuera.
Después de entrar a la casa, se dieron cuenta de que el Hermano Mayor también había salido de la habitación interior; su chaqueta de algodón ya estaba quitada, seguramente se había levantado de la cama al oír que ella regresaba.
Al ver el estado del Hermano Mayor, su abuela rápidamente cerró la puerta y corrió hacia él —Mi pobre querido, ¿por qué saliste? Vuelve rápido a la cama, no te vayas a resfriar de nuevo.
Luo Xuyan fue empujado hacia atrás por la abuela y aun sonriendo, Luo Qiao le dijo —Hermana, no te vayas.