Luo Haotian asintió y dijo:
—Entiendo y, tal como dijiste, en efecto no tenemos motivos para señalarte con el dedo. Esto es lo que sinceramente siento.
Mientras los dos caminaban hacia el complejo familiar, se encontraron con muchas personas de la fábrica, todas las cuales se adelantaron para saludarlos.
—Subdirector Luo, ¿su hija ha vuelto para el Año Nuevo?
—Sí, acaba de regresar ayer.
—Subdirector Luo, su hija se está poniendo cada vez más bella.
—Parece que ha crecido desde la última vez que la vi. Al igual que su familia, todos altos. Ahora debe medir alrededor de 170CM de altura.
Luo Qiao se rió y dijo:
—No soy tan alta como dices, solo mido 168CM.
—Jaja, eso es casi lo mismo. Para una chica, esta estatura no es para nada baja.
—¿A dónde se dirigen ahora?
Luo Haotian sonrió y dijo:
—Vamos a comer unos wontons en el callejón de adelante.
—Comer wontons es genial, eso es la especialidad del Maestro Zhu. Bueno, no los molestaré más a usted y a su hija. Hasta luego.