—Esto...
Al escuchar sus palabras, Lin Caisang hizo una pausa, su expresión tornándose algo seria.
—No es que piense que es malo, es solo que... estoy un poco preocupada.
—¿Preocupada por qué? —preguntó Lin Changfeng.
Él acababa de salir un momento antes para buscar agua y escuchó unas pocas palabras de la conversación entre Sangsang y Changhong. Al parecer, a esta joven no le entusiasmaba mucho que Ya Molian ayudara en casa.
Pero en cuanto a preocupaciones, si todos eran vecinos, ¿qué había de qué preocuparse?
—Hermano Changfeng, ¿recuerdas la última vez que Hermano Molian se desmayó en el bosque? Fui yo quien lo salvó. ¿No te parece extraño que un hombre tan grande, sin un solo rasguño, se desmaye? —le preguntó Lin Caisang.
—Eso...
Al oír sus palabras, Lin Changfeng también parecía titubear.
