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Después del incidente de ayer, su Segundo Hermano Imperial fue severamente reprendido por su padre, el Emperador, y también fue castigado con la orden de copiar la Guía Imperial cien veces. Sospechaba que su Segundo Hermano Imperial no tendría un día de paz en un mes.
Incluso él solo podía copiar cinco piezas de la Guía Imperial en un día. Para alguien tan inquieto como su Segundo Hermano Imperial, copiar tres sería lo máximo.
—En cuanto al castigo de copiar la Guía Imperial, asegúrate de que nadie lo haga por ti. Si nuestro padre el Emperador se entera, las consecuencias serían inimaginables —lo pensó un momento y se lo recordó nuevamente.
Que alguien copiara la Guía Imperial definitivamente sería algo que su Segundo Hermano Imperial haría. Tenía que vigilarlo de cerca, para no dejar que su padre le regañara de nuevo. Eso sería realmente humillante.
—Lo sé —el Segundo Príncipe bufó, respondiendo de mala gana.