—Eso es por lo que nunca debemos dejar pasar la oportunidad de ganar dinero. Cada poco que podamos ganar cuenta. ¿Quién no querría más plata en su mano, por miedo a que les queme las palmas? —Finalmente tuvo un momento de descanso y se volvió para mirar a Ya Molian.
—Hermano Molian, ¿crees que estás ganando demasiado? —Ya Molian: "!!!". No debería haber hecho esa pregunta, sabiendo que esta sería su respuesta.
—Sería mejor que dedicaras tus esfuerzos a hacer fragancias, que todos necesitan, independientemente de su posición social. Desde repelentes de mosquitos para la gente común hasta los perfumes buscados por la nobleza, estos serían más rentables que lo que has mencionado... elixires de belleza, polvos nutritivos para la piel... todo eso es para el rostro de las damas. A menos que el vendedor sea conocido y de confianza, nadie se sentirá cómodo comprándolos. Probablemente no se venderán muy bien —dijo él.
