Pero ¿qué pasa con Lin Caihe? Había sido mimada hasta la médula y ni siquiera se daba cuenta. Siempre se comparaba con Sangsang sin entender realmente con qué debía compararse.
—Esto también libera algo de tiempo para que tu hermano mayor lea más.
—Yo...
Lin Caihe abrió la boca pero no pudo responder. Tras una larga pausa, finalmente logró decir algo.
—Abuela, sabes que no soy buena cocinando.
—Por eso mismo necesitas practicar. ¿Qué pretendiente se atrevería a proponer matrimonio si una señora no pudiera cocinar? —razonó Lu Qiubo, sin dejar lugar a discusión.
—Así que está decidido, te encargarás de las tareas domésticas de ahora en adelante y dejarás que tu hermano se concentre en sus estudios.
Lin Caisang:
...
Las comisuras de su boca se movieron mientras reflexionaba sobre las palabras de la Abuela. No sabe cocinar, no hace la colada, y ni hablar de ir a buscar leña o agua. ¿Quién se atrevería a proponerle matrimonio a una chica así?