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—Esto es un completo disparate —Lin Caisang maldijo entre dientes—. ¿Cuántos días lleva inconsciente? ¿Dónde está? Llévame con él rápidamente.
Este Zhong You, aunque joven, siempre parece encontrarse con problemas. Si no está provocando a los demás, se está clavando agujas a sí mismo, mostrando un completo desprecio por su propia vida.
Ya fue bastante difícil salvar a una persona, y ahora hay otro caído.
¿Quiere enfurecerla hasta morir, o hacerla morir de risa?
—Ha estado inconsciente durante dos días, por favor sígame —al escuchar que Lin Caisang estaba dispuesta a ayudar, el Viejo Maestro Zhong se llenó de alegría e inmediatamente la llevó hacia la habitación de Zhong You.
...
Más tarde, en la habitación de Zhong You, Lin Caisang sacó una aguja de plata y respiró aliviada.
