—Liuyun, no puedo ver qué tiene de especial esa niña. ¿No es solo una campesina común? Solo tiene la piel clara. ¿Qué tiene de tan particularmente encantadora? —Los ojos del joven brillaron con picardía, y la sonrisa burlona en su rostro se ensanchó al observar la rara vergüenza de su hermano menor.
—Los ojos del adolescente destellaron, y apareció en su mente una encantadora joven que se parecía a una hada como Yuxue, haciendo que su corazón se suavizara involuntariamente —La hija adoptiva de la Señora Lin, la persona que me regaló la flauta en el Banquete de Apreciación de la Flauta.
—¿Quieres decir que esta flauta tuya te la regaló la hija adoptiva de la Señora Lin? —El joven estaba ligeramente sorprendido, su mente desconcertada.
—Sí —El adolescente acarició suavemente la flauta de bambú en su mano, sus ojos llenos de anhelo.