```
—Heidou, retrocede, cuidado con las pinzas del cangrejo, te pueden pellizcar los pies —Su Zixuan, cumpliendo con su deber, corrió hacia él y lo apartó a un lado.
Al oír sobre los cangrejos, los pequeños se emocionaron, y con sus tiernas voces, saltaron y danzaron alrededor de los cangrejos, temerosos de que les pellizcaran sus pequeñitos pies.
Pequeño Príncipe también se sintió atraído, soltando la mano de su hermana, salpicó a través del agua para acercarse e intentar atrapar los cangrejos con todas sus fuerzas.
Su Qingluo observaba desde lejos, con los ojos sonrientes.
—Maestra, Vieja Tortuga dijo que hay una gran almeja de río en el fondo, tiene al menos decenas de miles de años, casi tan vieja como él —Pequeño Martín Pescador agitó sus alitas, planeó justo sobre el agua, y felizmente reportó la noticia.
—¿Almeja de río? —Su Qingluo alzó las cejas juguetonamente—. ¿Será la misma que atrapamos hace cuatro años?
