—No deberías consumir demasiadas pastillas de una vez —dijo ella—. Toma una a la vez y nunca excedas las dos. El consumo excesivo puede llevar a la dependencia e incluso empeorar tu salud.
—Esta sirvienta entiende.
Ying'er toma cuidadosamente la botella de medicina y la guarda.
—Señorita Qingluo, tenga por seguro que seguiré sus instrucciones y se lo daré a la Señora —afirmó.
—Gracias, Hermana Ying'er.
Su Qingluo sonríe aliviada.
—Le confío el cuidado de Madre a usted. Regresaré lo antes posible del Condado de Mingshui.
—Señorita Qingluo, no hay necesidad de tal cortesía. Es el deber de Ying'er servir a la Señora.
Conmovida por sus palabras, Ying'er siente una sensación de alegría y respeto por Su Qingluo.
—Ya me voy.
Su Qingluo, tranquila de corazón, levanta su paraguas de bambú y desafía la tormenta mientras desciende la montaña para regresar al Clan Su.
Para cuando llega a casa, Wang Meng ya ha empacado y está listo para partir.