—Su Qingluo asintió con una sonrisa —Con la compañía del pequeño cachorro, incluso si Huya regresa a las montañas, no te sentirás solo nunca más.
—¿Qué cachorro?
—La atención del Pequeño Príncipe estaba totalmente centrada en el cachorro, sus ojos llenos de lágrimas brillaban intensamente.
—Bueno, eso es difícil de decir.
—Su Qingluo se tocó la barbilla como si estuviera pensativa —Los tigres son escasos en número y los leones difíciles de encontrar. Los más comunes son los leopardos y los osos. Cuando hermana vaya de caza por las montañas, lo que capture será el regalo. De todos modos, no volveré con las manos vacías, solo que podría perderme tu cumpleaños.
—Mmm, hagamos una promesa de meñique. Hermana cumplirá su palabra y me enviará un cachorro para mi cumpleaños cada año.
—El Pequeño Príncipe saltó de alegría, olvidando instantáneamente su tristeza anterior.
—De acuerdo, hagamos una promesa de meñique.