Al verlos felices, compartiendo los snacks uno con otro y saltando alrededor, Chunhua se sintió aliviada. —Asegúrate de reservar algo para Hermano Siri y Tía Marcial Elga.
—Ah, cierto... —Mantou guardó algunos para los dos.
En cuanto a la pastelería, Chunhua vació una ranura y la almacenó en la misma, planeando saborearlos poco a poco.
—Pero Maestro, el otro mundo no tenía tiendas de snacks, ¿dónde los conseguiste? —preguntó Pequeño Mantou.
Chunhua de repente se puso nerviosa y mintió, —Es de la Tienda de Puntos de la Tierra. De todos modos, hay tantos alimentos en esa tienda, probablemente el Pequeño Mantou no los recordará.
—¡Oh! —La curiosidad de Pequeño Mantou desapareció y ahora estaba ocupado comiendo los snacks.
Los demás también hicieron lo mismo.
Con el Pequeño Mantou sin hacer más preguntas, Chunhua exhaló y empezó a ordenar los artículos y en medio de eso, no esperaba ver a alguien salir del río.