Todo tipo de pensamientos frenéticos estallaron en su cabeza tanto por las palabras apasionadas como por el beso repentino.
Era como fuego, sus labios aparentemente atrapados por las llamas a pesar de su caricia gentil.
Luego, está este extraño hormigueo que se extendió hasta su cabeza como una sacudida eléctrica.
Aunque no podía ver sus ojos claramente debido a la niebla que se formaba lentamente y le nublaba la vista, Chunhua podía sin duda sentir que su ardiente mirada nunca se había desviado de su rostro.
Cuando parecía una eternidad, Haoran se había separado de sus labios, pero el recuerdo y el calor aún perduraban en ellos, nunca logrando detener los locos latidos de su corazón ni las cosquillas en su piel.
—Fue lamentable que no pudiéramos hacer una linterna, pedir un deseo y ver los fuegos artificiales. Cuando volvamos, te lo compensaré...