—Señorita, ¿puedo hacerle una pregunta?
—¿De qué se trata? —Elga le lanzó una mirada a la joven antes de mirar cautelosamente a su alrededor. Todavía estaban a medio camino de la cima de la montaña.
La joven apretó una esquina de su camisa antes de decir su pregunta. —El caso es que vi las opciones en el grupo de clases, pero ninguna de ellas usa lanza.
—¿Querías ser lancera? —Elga levantó las cejas.
La otra asintió. Se podía ver la emoción en los ojos de la joven.
Elga estaba un poco sorprendida. Sin ofender a nadie, pero la mayoría de las mujeres y hombres en su clan tomaban clases de apoyo y relacionadas con la magia. Solo unos pocos como ella iban a entrenar bajo los estúpidos del Palacio de Hueso para ser guerreros y caballeros. El berserker era una variante de la clase guerrero después del segundo cambio de trabajo.
