Ella solo se despreciaba por ser demasiado débil, por no poder proteger a sus propios hijos.
Les permitió nacer sin ser deseados por nadie.
—Ni Yang dijo:
—Mamá, no te preocupes. Nuestras tres hermanas menores, ellas tienen su propia suerte. Estarán bien, ¡tal vez incluso las encontremos en el futuro!
—Ni Cuihua secó sus lágrimas —. Ya no espero encontrarlas. Todo lo que deseo es su bienestar en este mundo.
—Mamá, ten la seguridad de que nuestras tres hermanas aún deben estar vivas, todas están viviendo bien —Ni Yang abrazó a Ni Cuihua.
—Ni Cuihua sollozó sin control.
Comenzó a lloviznar en el Día de Barrer las Tumbas.
El clima estaba un poco frío.
El ánimo coincidía con aquel poema: "Durante el Día de Barrer las Tumbas, la lluvia cae despacio, los viajeros en el camino están llenos de pesar."
Ni Yang sacó un abrigo del armario para volver a ponérselo y siguió a Ni Cuihua afuera para quemar dinero de papel.