Al oír esto, tanto Zhou Qingshang como Wang Jinfang se sintieron sumamente agradecidas.
Ellas entendieron que Ni Yang quería evitarles la incomodidad, por eso lo dijo de esa manera.
Aunque solo se tratara de una comida, a la larga, eso podría realmente ahorrarles una cantidad considerable de dinero.
Al mismo tiempo, ambas se comprometieron en secreto a trabajar aún más duro para Ni Yang de ahora en adelante.
Ni Yang, guiando a Zhou Qingshang y a Wang Jinfang hacia la salida, dijo:
—Dos tías, pueden descansar ahora. Yo soy capaz de ocuparme de esto por mi misma. Los fideos estarán listos pronto.
Zhou Qingshang protestó:
—¡Pero realmente trajimos comidas para hoy!
Ni Yang rió:
—Entonces pueden llevarlas a casa y comerlas esta noche. Además, no cociné solo para ustedes dos, el Hermano Mo y yo también necesitamos comer.
Al oír esto, Zhou Qingshang y Wang Jinfang se relajaron significativamente y salieron compartiendo una risa.